Aforismos, de Francisco Hernández Ediciones Monte Carmelo, 2002. Pequeñas agujas para atravezarse la lengua e inundar de sangre la garganta Mis ideas sobre la poesía son muy simples, por no decir que limitadas, para mí, la poesía debe ser algo que brille, pero tambien algo que duela, no concibo al objeto estético en sí y para sí, para mi entonces cada poema debe ser como un vidrio, algo que multiplique las luces y las sombras, un espacio donde encontrarnos leve o totalmente con nuestro propio reflejo, pero tambien algo que corte, que deje una herida o regresando a lo anterior, nos ayude a reconocerlas por medio del reflejo y la multiplicación, cada poema debe ser una cicatriz compartida, un dolor que se contagie a travez de los sentidos de la vista y el oido, una sola línea debe de ser capaz de poner en claro las palabras turbias que habitan nuestra memoria. Cuando me preguntan a cuál poeta mexicano le pertenecen mi admiración y mis pretensiones, respondo siempre con el nombre
El Lugar a Donde Solzimer va Cuando Sueña