Ni una letra más al narco
la postura de Pilo Galindo
Tal vez no sean estas las palabras que usó Pilo Galindo durante su participación en la mesa Espejos de la violencia en la literatura mexicana, pero fue lo que yo entendí, después Elmer Mendoza de Sinaloa, insistió en que precisamente de eso debe de hablarse pues es lo que está sucediendo y como escritores no podemos negar la realidad.
En ninguna parte Pilo Galindo sugirió negar la realidad, no habló de evasión o de cerrar los ojos, sí habló de las otras historias, de las otras personas, de los demás, de todo aquel que de unos años para acá adquirió la cualidad de sobreviviente.
Antes de entrar al territorio confuso de la escritura, la libertad y la realidad, dejo claro que apoyo la postura de Pilo Galindo, y las razones trataré de ponerlas en claro.
De buenas a primeras, el negarse a escribir sobre el narco suena a cobardía, desde mi punto de vista es todo lo contrario, un escritor que decide poner un hasta aquí a tanta infamia, pero sobre todo a tanto poder, ya ha dado un primer paso, en principio hay que considerar que el narco está invadiendo todos los ambitos de la vida social, y que dicha invasión ya está controlando y transformando dicha vida en un encierro perpetuo, convivimos con el miedo y esto, ya lo han dicho otros, ya no es vivir.
El narco de hecho, ya invadió las librerías, llaménme paranoico, pero el narco busca todas las formas posibles de estar cerca de nosotros: en las salas de nuestras casas, en nuestras conversaciones cotidianas, por eso, el hecho de que un escritor decida no escribirle una sola letra al narco, es un acto de resistencia, un acto valiente que yo por lo menos, pienso seguir.
Pilo Galindo tampoco dijo que negaramos la realidad, al contrario nos invitó a verla en su totalidad, en asomarnos a las orillas, a los margenes de cada historia, nos habló precisamente de eso, de las otras historias que suceden en y a pesar de la violencia, hay muchos sobrevivientes, hay muchas heridas, claro que hay muchos muertos, cifras y manchas de sangre en el noticiero o en el periodico, pero qué hay después de la noticia, qué sucede cuando las cifras pierden todo sentido de proporción, que pasa con lo que no aparece en la fotografías.
De eso es de lo que quiere escribir Pilo Galindo, esas cifras tienen hijos, amigos, familia, una historia. La del narco ya nos la sabemos, se escribe a diario con las palabras corrupción, impunidad, incompetencia, esa historia la leo todos los días, tal vez soy un ingenuo, pero esa historia no quiero que la lean mis hijos, habrá entonces que ponerse a borrar en vez de escribir, o como dice Pilo, negarles las palabras, cada letra irsélas quitando poco a poco.
Un escritor no puede seguir siendo el eco de la violencia, no debe prestarle su pluma al narco, al contrario debe ser la voz de sus victimas, de todos aquellos que a diario habitan una ciudad que está en medio de una guerra que no pidieron.
En cada familia hay una historia de resistencia y de esperanza, por dar un ejemplo, este año se han abierto dos bibliotecas comunitarias, sin apoyo del gobierno, pero tambien se han cerrado muchas calles en distintos sectores de la ciudad, una de esas bibliotecas está en Villas de Salvarcar, lugar donde sucedió la masacre de 14 jóvenes estudiantes, y ahí donde el narco quizó dejar su huella, los habitantes no cerraron la calle, no pidieron más soldados, más vigilancia, es más, ni siquiera pidieron dinero, eligieron abrir una biblioteca, en pocas palabras dejarle espacio a la esperanza, porque donde haya libros que no hablen del narco, todo, cualquier cosa es posible.
Como esa historia hay más, porque son muchos los heridos que se han levantado, y estoy seguro que si los escucharamos, si contaramos sus historias, todos aprenderíamos mucho.
Gracias Pilo!
Maestro, totalmente de acuerdo, se lo dije a Pilo ese día. Por qué seremos sólo los de Juárez los que vemos las cosas así, tal vez los otros escritores necesitarían vivir aquí para entender cómo es que el narco está en todos los aspectos de nuestra vida, yo por ejemplo, pienso en los pinches narcos hasta cuando abrazo a mis hijos. Tal vez esto sólo podemos verlo los de aquí, aunque la violencia esté por todo el país, temo al día en que lo entiendan en los otros allá, porque querrá decir que ya valimos madre, porque este cancer se extendió y eso que aún no vemos lo peor.
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