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Cuentos Breves Latinoamericanos. Varios Autores
Coedición Latinoamericana, 1998
Breve repaso a la brevedad latinoamericana


Me gusta creer que el cuento breve en latinoamérica responde más a una estrategia de fuga que a una limitación creativa, creo que en aquellos tiempos de dictaduras, persecusiones y señalamientos adversos a la creación literaria, era más práctico escribir un cuento que no pasara de una cuartilla que pensar en escribir una novela mientras se viene huyendo de la junta militar, ante la regla de viajar siempre leve de equipaje, era mejor que las obras completas cupieran en un bolsillo o entre las páginas del falso pasaporte que irlas dejando enterradas en el patio de los amigos.
Y digo que me gusta creerlo, porque no lo sé de cierto, igual pienso que si los autores de estos cuentos se inclinan por el lado fantástico era tambien para evitarse problemas con la ley, desgraciadamente, en cualquier régimen militar, la letra escrita está condenada y cualquier alusión o señalamiento por metafórico que fuera, era castigado con la persecusión y el exilio. Tal vez esté desvariando, pero de algo si estoy seguro, el cuento breve es un ejercicio para no sentirse perseguido, salvo por la necesidad de sacar chispas con unas cuantas piedras, hacer un fuego pequeño, encender una idea que por breve que sea nos deje un largo recuerdo de su calor.
Es totalmente erroneo considerarlo un genero menor, un simple divertimento o una productiva manera de aprovechar el tiempo, el cuento breve parece lo contrario a escribir cualquier cosa, ¿se trata de rescatar la historia de toda su circunstancia? ¿o viceversa? ¿consiste en evitarle al personaje un sinnumero de rodeos? ¿O se trata de contar una buena historia que sobreviva a las prisas y al vértigo de cada día? Creo que es todo eso y más. El cuento breve es tambien un elaborado ejercicio de precisión, es agarrar la historia y no dejarla ir, como tomar una piedra y no lanzarla hasta darle forma y saber que tiene las posibilidades de enterrarse en la cabeza de alguien, sé que suena agresivo, pero sobre el cuento breve se han dicho cosas peores.
Este libro reune cuentos de 21 países, incluyendo Cuba, y destaca por una cosa, la diversidad de sus autores, para los que habitamos este lado, al menos para mi, la mayoría son desconocidos, y los autores de cajón son pocos: Cristina Peri Rossi con su excelente cuento El punto final, Eduardo Galeano, Sergio Ramírez, Juan José Arreola, Augusto Monterroso, Eliseo Diego y Moacyr Sclair, los demás, para mi son nuevos, y los temas son variados, el amor fantástico y maldito de El Tatuaje de Ednodio Quintero, la escritura rural de Miera del peruano Antonio Gálvez Ronceros, el absurdo de la rutina y el desamparo que narra Dimas Lidio Pitty en La Casa muda, un cuento donde un vendedor de cosméticos y detergentes a domicilio va tocando de puerta hasta que el hartazgo le destroza la paciencia y la cordura ¡Abran infelices cabrones! bastante bueno y curiosamente el más extenso del libro, al igual que Bifurcaciones del cubano Félix Sánchez Rodríguez, donde un hombre pierde su simetría y carga con dos personalidades y dos aspectos físicos totalmente distintos. Otras exploraciones de lo fantástico es Ropa Usada 1 de la chilena Pía Barros y La Tejedora de la brasileña Marina Colasanti, curiosamente de tema textil los dos, en el primero una prenda que le fue quitada a un muerto, vuelve a recibir la bala que la atravezó la primera vez y en el mismo lugar cada vez que una persona se la pone, en el segundo una tejedora capaz de volver real todo lo que teje un día decide tejer a su príncipe azul con pésimos resultados pues el muy gandalla termina explotándola y la pone a tejer todo lo que desea.
El libro está dividido por países y va en estricto orden alfabético, y a pesar de tener una selección bastante dispareja, destaca entre los malos Boda en Las Vegas del guatemalteco Otto Raúl González, no deja de ser una reunión interesante de practicantes del género.
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