En el Cielo con Diamantes. Senel Paz
Ed. Bruguera…2007
Las hormonas de la Revolución
La primera vez que ví el nombre de Senel Paz, fue durante la proyección de la cinta cubana “Fresa y Chocolate”, dirigida por Tomás Gutierrez Alea en 1994 y cuyo guíon esta basado en el cuento “El lobo, el bosque y el hombre nuevo” con el que este autor cubano obtuvo el premio internacional de cuento Juan Rulfo en 1990.
Quien no haya visto la película o leído el cuento, le recomiendo que lo haga, la historia de David y Diego es sobre esas amistades todo terreno que cada vez escasean más entre los jóvenes. Aparte, En el cielo con diamantes es la historia de David antes de conocer a Diego.
Contada con un estilo que sólo atino a calificar de trópical, esta novela narra los primeros años de la revolución cubana a traves de los ojos de dos adolescentes, David, el niño melancólico y Arnaldo, un recipiente lleno de hormonas a punto de estallar. Los dos son de Las Villas, un pequeño pueblo de Cuba al que poco a poco le van llegando los avances de la revolución.
Senel Paz hace una serie de montajes precisos: la familia de David la conforman dos hermanas, su madre soltera y su abuela, cuatro mujeres que sólo tienen algo en común, y eso es la esperanza de que David se convierta en un hombre de provecho, la abuela es una ferviente católica, las hermanas son parte de la juventud, revolucionaria y su madre a decir de todos los hombres del pueblo, está que se cae de buena, lástima que tenga por madre a esa vieja urraca.
Por el otro lado, la familia de Arnaldo es otro tipo de circo, su padre es el amante de la hermana de su propia esposa, es decir la tia de Arnaldo, y este a su vez termina siendo el amante de su tía, la tarde en que su padre los descubre, este comienza a enfermar y muere después de un tiempo.
Los dos obtienen una beca para estudiar en La Habana, gracias a los triunfos de la revolución los hijos de los campesinos pueden seguir estudiando, a David los vecinos lo despiden en la estación del tren y hasta le dan algo de dinero, Arnaldo va por su lado, pero con la intención de mantener esa amistad para siempre.
Si no es por el humor que desborda en casi todas sus páginas, esta novela sería una aburrida historia de engaños y esperanzas, o una simple disneylización del pasado como decía José Emilio Pacheco al referirse a la nostalgia, sin embargo, la formula de Senel Paz al principio resulta efectiva, quienes narran son David y Arnaldo, cada capítulo se van alternando la historia de David, porque esta es la historia de David confiesa Arnaldo desde el principio.
Así, lo que en David es una reflexión ingenua, en Arnaldo es trópico puro, mientras David espera el primer amor, Arnaldo ya ha cargado hasta con las chivas del pueblo, mientras David sigue con sus ojos pegados a los libros, Arnaldo no aleja sus manos de las muchachas, mientras David lee los libros que la maestra de literatura y la revolución le permiten, Arnaldo y los otros leen en secreto el capítulo erótico de Paradiso, la novela de José Lezama Lima, así cada quien por su lado van acercando a David con esa mujer con la que debe perder su virginidad.
Por que también, esta es la historia de la virginidad de David, un día al joven Arnaldo se le aparece la Vírgen de la Caridad y le dice que debe ayudar a su amigo, pues si este no pierde su virginidad antes de los 17 años el pobre morirá de melancolía, por esta razón insiste en sus esfuerzos por sacar a David del internado los fines de semana pero sin éxito.
Por desgracia la formula se agota pronto, David sueña con ser escritor, sueña con ser alguien distinto en cuanto sus pies toquen el suelo habanero, y no deja de soñar, su imaginación vuela y vuela y las páginas pasan y pasan y no pasa nada, Arnaldo a pesar de ser más divertido y dinámico en sus narraciones, tambien da muchos rodeos, Senel Paz lo justifica insistiendo en que Arnaldo no es un escritor, y por lo tanto, no tiene la habilidad para hilar las historias de manera ordenada, total que los dos no dan para más, bueno los tres: Senel, Arnaldo y David y la novela comienza a despeñarse en la página 200 (es de 424) sólo aquel lector que le interese ver Cuba desde los ojos de un cubano podrá insistir en terminar con la novela.
Senel Paz se queda a la mitad de muchas cosas, entre la crónica de esos días llenos de esperanza, y la historia de un primer amor sin gracia, entre que nos invita a pasear por una joven Habana llena de internos con los penes duros, dispuestos a levantarse cualquier jeba que se les atraviese, igual nos obliga a quedarnos con el aburrido de David, con sus libros y las cuatro paredes de su habitación en el internado. Mientras Arnaldo y compañía escuchan por primera vez el Sargent Pepper de Los Beatles encerrados y en secreto, David piensa en su padre que sólo ha visto una vez,y casi al final aparece Vivian y la noche prometida, la esperada por todos, y después nada, si se animan a leerla, olvidénse de David desde el principio, todas las historias que lo rodean son mejores, incluso la manera en que terminan.
Porque al final de la historia de David, Senel Paz decide hacerse un autohomenaje bastante incomodo, la novela termina exactamente donde el cuento “El lobo, el bosque y el hombre nuevo” comienza: Mientras David come un helado en el Coppelia, un marica se le acerca con la intención de sacarle plática. Coño!
Tal vez como alegoría de la revolución cubana pueda funcionar: En el cielo con diamantes es una novela muy larga que termina donde inicia un cuento que algunos ya conocemos.
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